Cambio es una palabra que genera todo tipo de reacciones: hay quienes impulsan y se suman a todos los cambios y hay quienes se oponen al cambio porque les incomoda.
Liderando un equipo necesitamos conocer a las personas para interpretar cómo se sienten cuando implementamos cambios en la organización. Antiguamente si el cambio no te gustaba eras invitado a irte, pero en enfoques de liderazgo más modernos como el Management 3.0, tenemos que ayudar a las personas a adoptar las nuevas prácticas con la menor resistencia posible.
Cómo podemos hacer esto? Para entender la estrategia tenemos que entender cómo funciona nuestro cerebro: no tenemos problemas en probar algo nuevo temporalmente, es decir, por un tiempo limitado, Lo que nos aterra es cuando el cambio es permanente, o para siempre, eso aumenta la ansiedad de manera incontrolable.
Entonces, aprovechándonos de esto podemos introducir los cambios como experimentos temporales por un plazo acotado. Cumplido el plazo con el equipo podemos conversar y analizar cómo nos fue en el experimento: los que más asustados estaban pueden haberse dado cuenta que el cambio era inocuo y ser ellos los que votan por mantenerlo, o puede ser que el equipo en conjunto decide no continuar. En cualquier caso todos ganan: el equipo aumenta la confianza en el líder porque sabe que es escuchado y el líder puede obtener claves para probar nuevas ideas.